Bienestar

Vitamina D y El Sol

Vitamina D, la Energía del Sol

Es muy importante saber los beneficios que podemos extraer de la naturaleza, los alimentos y en general del medio ambiente. La poderosa, energía que proviene del sol, la vitamina D. Es una vitamina liposoluble, esto quiere decir en pocas palabras que las vitaminas liposolubles se almacenan en el tejido graso del cuerpo.

Funciones Esenciales

En primer lugar, la vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio. Tanto el calcio como el fósforo son dos minerales esenciales para la adecuada formación fortalecimiento del sistema óseo, es decir de los huesos.

Sobre todo, en la niñez, el cuerpo demanda y utiliza estos minerales para producir huesos. Por lo tanto, si no se obtiene suficiente calcio o si por otro lado el cuerpo no absorbe el calcio suficiente de la dieta, entonces la producción de hueso y los tejidos óseos pueden sufrir deficiencias considerablemente.

Por lo tanto, la vitamina D es una vitamina esencial y fundamental para el desarrollo normal y sobre todo muy de nuestro organismo. Siendo un poroso de lo más sencillo que comienza cuando se almacena en el tejido graso ayudando al cuerpo a asimilar el calcio necesario. Siendo el calcio es el mineral más importante para la formación de los huesos en el sistema ose, entonces hay que tomar del sol esta vitamina que potencia el proceso de absorción.

Sol, Vitamina D y La Piel

De lo anterior se puede deducir que la vitamina D se produce en la piel a partir de la radiación ultravioleta emanada de la luz solar, en una relación que puede ser sana o no dependiendo de nuestros hábitos incluso para tomar sol de forma sana. También a través del consumo de ciertos y determinados alimentos, como los pescados tipo salmón, atún y caballa o además también en los huevos.

Siempre has existido ciertas dudas con respecto a la necesidad de la exposición al sol para poder obtener esa importante y necesaria vitamina D, relacionado directamente con el peligro que supone una inadecuada y hasta peligrosa exposición a la radiación solar; que, como es bien sabido, incrementa considerablemente el riesgo de cáncer de piel.

Opinión de Expertos

Importantes estadísticas y estudios donde la mayoría de los expertos sugieren que una exposición solar diaria de entre 8 a 15 minutos es más que suficiente para generar la vitamina D que nuestro cuerpo necesita, siendo esto lo más saludable en términos sencillos. Lo que significa en pocas palabras que los más probable es que, sin realizar un esfuerzo mayor por exponerse al sol podemos obtener lo necesario, lo que decir también que solo con las actividades cotidianas que realizamos a lo largo de todo el día será más que suficiente, pues estamos recibiendo la dosis apropiada y totalmente necesaria de rayos solares para generar la cantidad que se requiere de esta vitamina.

Hay un escenario que resulta interesante analizar y que ha generado muchas discusiones e intenso debate al respecto, y tiene que ver con el confinamiento global luego de la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia del Coronavirus.

Debido a esta crisis por coronavirus y el consiguiente confinamiento, se presenta el debate de si es posible que por este encierro no estemos recibiendo la cantidad de sol necesaria para producir la vitamina.

En este sentido, más bien la recomendación es no preocuparse, pues siempre habrá un balcón, una amplia ventana o un jardín donde tomar unos minutos de sol temprano; ahora bien, con la vuelta a cierta normalidad que permite regular la producción de vitamina D, es importante tener incluso mayor cuidado al salir de casa y considerar una buena protección de la radiación ultravioleta.

Protección Solar Adecuada

Entonces, partiendo de que debemos tener en cuenta que la exposición excesiva a la luz solar natural o artificial puede llegar a ser del todo bastante dañina para nuestra piel, será concluyente tomar una actitud más cuidadosa incluso en la exposición durante el día a día, pues no se trata de la protección a la hora de ir a la playa o la piscina.

En algunos casos clínicos documentados, los efectos negativos que aparecen paulatinamente en la piel son consecuencia de la suma de las radiaciones solares recibidas a lo largo de los años. Lo que indica claramente que esa exposición de forma continua es tan nociva como una exposición intermitente pero además intensa. Entonces, la protección forma parte de los hábitos en el cuidado de una piel sana.

Parte de la construcción de estos hábitos incluyen algunas medidas tales como una buena hidratación, es decir beber suficiente agua y con frecuencia. Una piel bien hidratada estará bien protegida contra los rayos solares. La protección solar es también necesaria aun en los días nublados, durante todo el año. Utiliza protector con el nivel recomendado para tu tipo de piel y el tipo de actividades que realizas.

La vida saludable parte de construir hábitos y rutinas.

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