Guardar un secreto significa simplemente no repetir una información, una idea, guardarte algo para ti; muchas veces hemos escuchado que los proyectos y planes no se cuentan, que la propuesta de un nuevo empelo no se dice hasta concretarse o ese viaje que planeas no lo comentas hasta montarte en el avión; en fin, no divulgar tus planes importantes, lo que resulta bastante difícil a veces, porque las malas vibras te pueden dañar el asunto y ¿Cómo saber quién tiene buena vibra o no?
Entonces sucede, tienes un proyecto entre ceja y ceja que te tiene en entusiasmo perpetuo, casi ni puedes dormir pensando en eso que te mueve, y te cuesta contener las ganas de contarlo al mundo entero, a esa persona en quien confías, a tu familia, en fin, a cualquier otra persona con quien compartir tu gran ilusión; a tal punto que todos los días hablas de ese gran plan que traerá grandes cambios con la promesa de una vida plena.
Luego, por alguna fatídica y misteriosa razón, las cosas se enfrían, se caen, simplemente no se dan; casi sin darte cuenta, te alejaste de la meta; y te cuento que no precisamente por las malas vibras, la envidia o el egoísmo oculto de nadie, sino por tu propia programación mental, porque cada vez que cuentas tus proyectos y planes te alejas cada vez mas de tu objetivo.
Aquí viene lo bueno, NO debes contar a otros lo que tienes en mente, o simplemente no se dará. Derek Sivers, quien es el autor de esta teoría, “El cerebro confunde el decir con el hacer”, nos explica cómo va el asunto, lo cual comparto contigo. Entre otras frases de este escritor y exitoso emprendedor, resalta una de una de sus conferencias, además muy interesante, “Guárdate tus metas para ti”.
Tal vez esperamos que, cuando tenemos un proyecto en mente, al contarlo recibiremos apoyo, ayuda o cualquier suerte de consejo y sugerencia para que logremos alcanzar esa meta. Pues resulta que no, estudios demuestran que aquellas personas que hacen públicas sus intenciones cuentan con menos probabilidades de llevar a buen término sus planes que aquellas que son discretas.
Según este autor, si comentas de tus proyectos y planes con otras personas tu cerebro crea la ilusión de que ya lo lograste, lo que produce una falsa sensación de satisfacción suficiente para perder toda la motivación. Las personas que suelen hablar mucho de las grandes ideas que tienen, esos proyectos fabulosos e increíbles, rara vez los llevan a buen término y siempre estan persiguiendo uno y otro sueño cada vez más fabuloso y fenomenal que el anterior.
Cuando eso ocurre, se trata de que mentalmente estás sustituyendo el auténtico logro, acabar tu proyecto, por una simulación del logro en la realidad social absolutamente subjetiva, pues depende del observador, de algo que no ha ocurrido. Quiere decir que la realidad social en este caso se produce cuando alguien cuenta algo y otros lo escuchan, lo que puede ser percibido como real, aunque de hecho no lo es. Parece confuso, pero en realidad es muy sencillo, cada quien construye una realidad social en su entorno.
Por lo tanto, no es tanto el decir tus planes en voz alta sino el hecho de que sepas que otra persona conoce tus planes, lo que está alejado de la famosa declaración. Es esa realidad social lo que te lleva a sentir una falsa sensación de satisfacción por algo que todavía estas lejos de lograr.
Da aquí que, por la misma razón, en otro estudio se ha descubierto que, si tienes éxito en un objetivo, por ejemplo, logar cambiar tus hábitos y comer comida sana para alcanzar una meta mayor, como estar en buena forma, serás más propenso a reducir tus esfuerzos en otros objetivos, por ejemplo, hacer ejercicio o dejar de fumar, conducentes a esa misma meta.
La solución es más simpe de lo que crees, en pocas palabras haz más, habla menos. Es difícil ser coherente con el discurso, siempre es mejor aceptado el que con acciones habla de su carácter y personalidad; del mismo modo, si te acostumbras a hacer lo que dices, es decir, ejecutar acciones concretas, es obvio que te acercarás a lo que buscas.
Para ser concretos, hablar de tus planes tiene un efecto contraproducente en tu motivación; esa misma necesidad de contarlo cuando ya lo tengas todo listo te impulsara a ejercer las acciones necesarias para alcanzar tu meta. Existen algunas tácticas que pueden ayudarte a alcanzar eso que deseas sin que se te vaya la lengua del todo.
Una de ellas hace referencia a contar solo los avances, es decir, pequeñas partes que incluso pueden incluir el status del proyecto; estas trabajando en algo, pero lo cuentas de una forma tan vaga que esta otra persona no sabe en realidad qué estás haciendo o qué planeas hacer, con la promesa de cuando todo este consumado habrá más detalles.
Otra táctica que me causo suspicacia en un principio, trata sobre contar para sentir insatisfacción; en lugar de contar tus planes para sentir satisfacción, cuéntalos para sentir lo contrario: insatisfacción, desagrado, deuda o incumplimiento. Si el problema radica en hablar para desarrollar una falsa sensación de logro entonces, comenta para sentir insatisfacción; de forma que genere sentimientos contrarios.
Desde mi perspectiva, generar sentimientos de deuda será la mejor forma de obtener esa insatisfacción, ponerse retos, plazos de cumplimento, y contarlo resume esta táctica. Incluir a los demás en estos retos te ayudará a comprometerte con la ejecución; mientras menos converses de tus planes, mejor; nada como crear expectación y sorprender a todo el mundo con los resultados.
La satisfacción de alcanzar tus metas te lleva a una vida más sana y feliz. www.mayegreenlife.com
Que buen artículo. Gracias por compartir.