Bienestar

Alertas, Desordenes Alimenticios

Alertas, Desorden Alimenticio

Antes que nada, cualquier discusión o disertación sobre este serio tema de salud como cuáquera de esta índole debe ser tratado siempre con cuidado y con el apoyo de ayuda estrictamente profesional según sea el caso.

Se ha comprobado que una de las principales afecciones médicas asociadas a la obesidad, tiene que ver con trastornos de orden alimenticio; estos constituyen una serie de graves problemas sobre todo de índole emocional y mental.

En este sentido, implican situaciones por lo general bastante serias relacionadas esencialmente con la actitud alimenticia y la conducta que se tiene en consecuencia.

Buenos Hábitos Alimenticios

En líneas generales y más o menos simples, quiere decir que nuestros hábitos alimenticios se van a ver seriamente impactados por nuestra estructura mental, lo que puede traer como consecuencia un desequilibrio tanto en la forma como en las cantidades en la ingesta de alimentos.

Se puede decir entonces que los trastornos alimenticios son serias afecciones médicas, un desequilibrio en el estilo de vida que afecta gravemente la capacidad del cuerpo para obtener una nutrición adecuada. Se trata de que los hábitos en la alimentación deben responder a las necesidades y requerimientos energéticos en función de las actividades diarias que realizamos.

Por lo tanto, una alimentación balanceada debe estar integrada por alimentos de los grupos básicos correspondientes. El significado de nutrir el organismo implica sencillamente proporcionarle desde la ingesta de comida todos los nutrientes que requiere para su adecuado funcionamiento, mantenimiento y crecimiento, lo que es trascendental para el desarrollo óptimo de funciones internas a lo largo de cada una de las etapas de la vida.

Parámetros de Evaluación

Todos los organismos son distintos, tienen ciclos metabólicos diferentes y de acuerdo a factores individuales también tendrán requerimientos diferentes. El estado nutricional de una persona se evalúa básicamente en base a su salud y bienestar, según sus hábitos alimenticios. Entonces, dado que una nutrición adecuada varía de persona a persona, tendremos que considerar factores como la edad, género, condición fisiológica y situación psicosocial, entre otros aspectos.

Factor Psicosocial

La situación psicosocial tendrá un gran impacto como origen de estas distorsiones mentales que afectan la correcta percepción de lo que debe ser una alimentación bien equilibrada. Es evidente el fuerte impacto que puede tener lograr una estabilidad emocional y psicológica sobre la conformación de los mejores hábitos en la alimentación. Desmenuzando en detalle estos factores, encontramos que coexisten y se interrelacionan numerosos determinantes sociales tales como la cultura, la familia, los compañeros de trabajo como grupos de referencia para delimitar patrones de alimentación.

Por otro lado, estan los componentes psicológicos como el estado de ánimo, el estrés, la ansiedad o en casos más extremos la depresión; en sincronía, serán factores de gran incidencia las actitudes, creencias y conocimiento respecto de cómo debe ser una buena alimentación.

Depresión y Obesidad

Por otra parte, importantes estudios revelan que estos trastornos emocionales asociados a la depresión, suelen aparecer con mayor frecuencia durante la etapa de la adolescencia. De hecho, muchas personas que presentan un cuadro de sobrepeso desde la niñez, atraviesan serios problemas de adaptación en el colegio, y en la mayoría de esos casos pudieron haber experimentado un gran rechazo.

En la misma medida que el niño crece bajo esta condición su autoestima se va deteriorando seriamente, en algunos casos incluso puede ocasionar graves estados depresivos.

El Aspecto Físico

Por lo general, estas personas que sufren de ansiedad y depresión suelen estar muy al pendiente de las opiniones de los demás, y poseen muchos pensamientos negativos sobre su aspecto físico y su vida en general. A menudo se enfrentan sin éxito a numerosas dietas que imposibles de lograr, esto puede ser debido al bajo estado de ánimo, falta de energía, y dificultades para relacionarse y realizar actividades que les resulten placenteras.

Es que, además, la alimentación saludable es esencialmente la construcción de una rutina construida a partir de buenos hábitos que formen parte de un estilo de vida más bien grato y orgánico.

Pero, además, es necesario evaluar las distintas repercusiones de la información genética individual, los diferentes procesos metabólicos, los mensajeros químicos y de comunicación celular es decir las hormonas y citoquinas, así como determinadas regiones o estructuras cerebrales en dicha interrelación.

En este sentido, la generalidad de la incidencia de la obesidad y depresión y su aumento progresivo, en correspondencia con el grado de afectación del individuo y de los sistemas de salud integrados, ponen de manifiesto la gran importancia que tiene el estudio en profundidad de estas enfermedades en la práctica médica asi como en los ensayos clínicos.

La obesidad es uno de los problemas de salud más graves y de más rápido crecimiento en la población en general, y la concepción de un estilo de vida saludable tiene que ver más con un proceso de autoconocimiento y determinación para desarrollar de forma orgánica estos buenos hábitos.

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